This text is also available in: enEnglish

Image_Copied_on_2017-02-20_at_11_23_AM.jpg

Esta es la única foto que tengo en la que salimos Dan y yo. ¡Debe haber alguna foto mejor por ahí!

Conocí primero a Dan “virtualmente” en Aikiweb. Inicialmente leí algunos intercambios de mensajes que tenían potencial para ser reveladores, pero estaban tan llenos de acritud que tendí a ignorarlos a favor de los escritos de Ellis Amdur y el profesor Peter Goldsbury. Aun así, cuando les eché otro vistazo empecé a darme cuenta de que las cosas de las que Dan estaba hablando, eran cosas que yo reconocúa. Esto pasó lo bastante a menudo como para que tuviese la fuerte sospecha de que definitivamente Dan había entrenado Daito Ryu y hablaba sobre él en esos mensajes. Lo que decía y cómo lo decía me sonaba simplemente “demasiado familiar” como para ser casualidad. Además de esto, cuando le preguntaban sobre su experiencia en esta área Dan evitaba responder. Considerando todas las evidencias, asumí que Dan estaba bajo una promesa de honor (sea personal o hacia una organización… ¿pero en realidad siempre es algo personal verdad?) de no hablar de ciertas cosas…aunque le perjudicase. Con esto en mensaje, me parecía que era un hombre intentando todo lo posible para mantener esa promesa a pesar del coste personal que le suponía. Ya que poseo los mismos valores, no podía evitar admirar eso.

En esa época, en los “primeros días” parecía que la mayoría de personas no estaban llegando a las mismas conclusiones que yo. Sin embargo, eso no me sorprendía nada. ¿Cómo iban a poder hacerlo? La mayoría de Aikidokas o practicantes de Daito Ryu, para el caso da igual, no tenían ni idea de lo que él estaba diciendo. No tenían ningún marco de referencia para comparar. Era como si Dan estuviese hablando sobre el infrarrojo antes de que se volviese conocido. Para algunos sus palabras sobre algo invisible que podía hacer cosas geniales sonaban como pura mierda. Otros en cambio, respondían con tonterías como ¿Rojo? ¡Claro, nosotros usamos rojo siempre! Oh, ¿tú quién eres para venir aquí y asumir que no sabemos qué es el rojo? Y finalmente, otros simplemente eran incrédulos de lo que decía Dan. ¡Conozco el rojo. He usado el rojo toda mi vida y sí, tú puedes hacer señales con rojo pero no puedes mandar señales a través del espacio o calentar cosas usando el rojo! Parece que esté caliente pero no es así. Todos sabemos eso, ¡para crear calor necesitas fricción! Algunos incluso ponían videos de sí mismos utilizando rojo. Otros se quejaban de que las referencias de Dan sobre el rojo eran demasiado limitadas y no incluían el hecho de que el rojo se relacionaba con las emociones, la naturaleza, las puestas de sol… Un estudioso se puso a desvariar sobre la etimología de “rojo” y de cómo era importante para entender el rojo. Incluso uno dijo claramente que Dan no tenía ni idea de lo que estaba diciendo. Dijo que el infrarrojo no tenía nada que ver con eso, y que si Dan realmente sabía de lo que estaba hablando, que hablase sobre todas las posibilidades posibles. ¡Pero Dan no habla sobre todas las posibilidades que existen! Por tanto obviamente Dan no sabía de lo que estaba hablando. Ese mismo individuo dijo que no iba a explicar él todos los detalles posibles porque temía que Dan le robase sus explicaciones y dijese que eran suyas. Así estaba el percal.

A pesar de eso, cada vez estaba más interesado en lo que Dan estaba diciendo. Era prácticamente la única persona que sabía que estaba hablando de las cosas que me habían explicado, y de la manera en la que me habían enseñado. Incluso me animé a hacer algunos comentarios y Dan respondió civilizadamente demostrando sus conocimientos.

De hecho, cuando Howard Popkin vino por primera vez a enseñar Daito Ryu al dojo de George Ledyard, Aikido Eastside (Unos chicos estupendos por cierto, se refleja bien en George!) , George puso a Howard en su habitación de invitados y me dejó tirarme en su increíblemente cómodo sofá. Los tres estuvimos de farra (seguramente bebiendo) hasta tarde y salió el tema de Dan Harden. George le preguntó a Howie qué pensaba de Dan, y Howie dijo que no sabía qué pensar (Después de conocer a Dan, Howard dijo que era probablemente el artista marcial más formidable que había conocido en toda su vida). Aproveché para decir: Me enseñaron que existen jujutsu, aiki jujutsu y aiki no jutsu. Creo que Dan está enseñando Aiki no jutsu. (¡Más adelante Howie me llamó desde Nueva York y me dijo que me debía una cerveza por esa frase!)

Con el tiempo me di cuenta de algunas cosas. Primero, Dan es una persona honesta. Eso sí, lo que estaba diciendo honestamente molestaba a un montón de gente. Quizá era la forma en la que lo decía. Pero podía entener eso porque ser malinterpretado es algo que me ha ocurrido muchas veces (Imaginadme sinceramente bien intencionado pero socialmente inepto). Además de eso, sospecho que la verdad que estaba proclamando era demasiado desagradable para que algunos la admitiesen o tuviesen en cuenta…pero eso no significa que no fuese verdad.

“¡ESO NO ES AIKIDO!” ~ UESHIBA MORIHEI

La honestidad de Dan me importaba porque él describía lo que él podía hacer con lo que to había aprendido. Y lo que él describía estaba mucho más allá de lo que yo podía hacer con lo que yo había aprendido…y eso era importante. Basándonos sólo en años, yo debería haber estado más avanzado en el espectro de habilidades Aiki que Dan…y sonaba como que no era así. Eso jode y fastidia, pero si era cierto…Indicaba que yo la había cagado en algún momento durante el camino. No me habían enseñado mal, ni de forma incompleta, sino no hubiese reconocido lo que tantos otros no hicieron, que Dan estaba hablando de Aiki de verdad. ¡No! En algún momento había pensado que entendía algo esencial pero en realidad no lo había hecho, ESO, no podía ignorarlo sin más.

Así que, de alguna manera, ya no recuerdo cómo, conseguí el teléfono de Dan o él consiguió el mío y hablamos. No quería empezar nuestra conversación con la comprensible, pero inconveniente y poco acertada, suposición de que mi entrenamiento de Aikido era como la mayoría entendien que es el Aikido…Al decir esto, me refiero a que el “sabor habitual” del Aikido ha derivado muy lejos de las raíces del Daito ryu de Ueshiba Morihei, y sobre todo del verdadero Aiki de Daito Ryu. Esa era la razón de que mi entrenamiento tenía mucho más en común con el Koryu Jujutsu y el Daito Ryu. Ya estaba muy acostumbrado a escuchar “¡Eso no es Aikido!” “¡Eso es Daito Ryu!

Así que empecé nuestra conversación con una táctica muy descarada. ¡Le dije a Dan que pensaba que él venía de Daito Ryu! Dijo algo sin comprometerse mucho, tipo “ya veo”. Así que le dije “Y apuesto a que haces ejercicios de entrenamiento en solitario, y me imagino que pueo darles nombre o describirlos”

En ese momento quedó claro que le estaba divirtiendo mi presunción y dijo: “Vale, dilos” Así que nombré o describí 5 ejercicios que me habían enseñado que pensaba que eran corrientes en Daito ryu porque venían del Daito Ryu que me habían enseñado, aunque mi sensei lo llamase Aikido.

Resultó que acerté 4 de 5. Hablamos cordialmente y finalmente me preguntó ¿Por qué no me dices lo que crees que es Aiki? Así que lo hice lo mejor que pude y resultó que no estaba muy equivocado. Abreviando, Dan aceptó venir a visitarme a mi casa (Mi dojo está en mi sótano. ¡Nunca fue la idea que estuviese allí, pero es donde está! Ahí se va mi glamour de sabio del aikido que viaja por el mundo)

¡UN NUEVO COMIENZO!

Dan viene a mi “dojo”, mira alrededor y dice: “Entrenas con katana. Quizá deberíamos empezar con la katana” ¡En realidad me encanta la katana, de hecho la primera vez que Shirata Sensei me explicó Aiki de verdad fue con katana! ¡Me hubiese encantado empezar así con Dan! Sin embargo Dan se fijó en la falta de altura del techo y dijo: “Na, mejor simplemente hacemos mano vacía, ¿está bien si hacemos sparring?” Bien, como ya habéis leído en otros mensajes del blog, me encantaba hacer sparring y disfrutaba peleando. Shirata Sensei también me había enseñado bastante sobre atemi, tanto a dar como a recibir, así que dije ¡claro!

Empezamos suave, pero rápidamente subimos de intensidad (O puedes o no puedes). Antes de que siga debería explicar a los que no hayan luchado, rodado en suelo o lo que sea, que se puede tener una conversación muy profunda sin usar palabras mientras combates. De hecho este tipo de conversación a menudo es MUCHO más informativa que las palabras. Y no, no tiene por qué ser algo violento.

Así es como fue nuestra conversación (Al menos desde mi perspectiva)

Empezamos a pelear…Intento atravesar las defensas de Dan y no puedo. Él empieza a penetrar mi defensa. Respondo incrementando mis ataques intentando cambiar sus (y mis) prioridades.

Dan: ¿Ves que da igual cómo ataques que no consigues nada?

Allen: Sí

Dan empieza a defender atacando simultáneamente.

Dan: ¿Ves que da igual cómo defiendas o ataques, que no puedes parar mis ataques?.

Allen: Sí (Empezando a mosquearme)

Entonces Dan me da un puñetazo en el pecho y literalmente empiezo a volar y me tienen que coger mis chicos antes de que me estampe contra mis pesas. No fue un golpe con todo. De hecho no hubo diferencia visible entre eso y cuando me había tocado antes. Fue un “toque”

Dan: ¿Puedes notar la potencia que se puede desplegar?

Allen: ¡Qué hijo de puta!

Nos ponemos a combatir un poco más y Dan me da en la boca parando en mis dientes.

(Tengo la rara tendencia de sonreir cuando estoy bajo presión. Supongo que me lo paso bien siendo desafiado. De todas formas, en nuestros siguientes encuentros descubrí que no era una mala tendencia porque Dan paraba justo delante de mis dientes estuviesen mis labios en medio o no. En otras palabras, sonríe y todo irá bien. ¡No sonrías y todo irá bien, pero te habrán roto los labios!=

Dan: ¿Puedes ver que te puedo pegar puñetazos cuando quiera, donde quiera, con potencia Y control?

Allen: ¡Joder !

Peleamos unos segundos más y Dan me pateó la pierna. Simplemente un golpe al muslo. Un tipo de patada que no era nada del otro mundo, incluso parecía cutre. No debería ser gran cosa…recibirla se llevó mi pierna debajo de mi y pude notar cómo mi muslo instantáneamente se contracturaba.

Dan: . . ¿Puedes ver que también puedo patearte con potencia y control ?

Allen: ¡Mierda, mierda, mierda!

Intento continuar haciendo sparring contracturado y cojo. Intento enfocarme en mi propósito en vez de dejar que el miedo del cuerpo tome el control. Me fijo en lo que está haciendo (lo mejor que puedo mientras me toca por toda la cabeza) y en lo que en teoría estoy haciendo yo. Supuestamente estoy espiraleando hacia dentro, mientras su ataque supuestamente espiralea hacia fuera. Mi espiral debería rodearle me mueva o no, su costado debería ser un blanco cada vez que reacciona. Mi ataque debería ser mi defensa y su defensa mi ataque. Mi ataque y su ataque deberían ser mi ataque. Supuestamente debería quedarse descompuesto cada vez que nos toquemos. Cada vez debería ser peor para él y mejor para mí. Su ataque debería ser negado, o invertido, y el mío debería entrar con facilidad y sin impedimentos…

Pero lo que él está haciendo está funcionando y lo mío está fallando. Lo que está haciendo tiene más potencia que la que cualquier humano que conozca estaría dispuesto a soportar y mi potencia (toda la que puedo reunir) se vuelve insignificante, no sólo en comparación, sino en habilidad para aplicarla. No tengo potencia para aplicar mi potencia. Él tiene potencia para lanzar su potencia y fácilmente puede desplegar más potencia de la que mi cuerpo puede aguantar. Fuerza que termina combates, fuerza que daña órganos…y ni siquiera ha empezado a ponerse en serio.

Un golpe de Aikido puede matar. Cuando practiquéis obedeced siempre a vuestro instructor y no utilicéis tiempo de entrenamiento para pruebas innecesarias de fuerza~ Ueshiba Morihei

Doy un paso atrás, levanto las manos y digo ¿Qué estás haciendo?

Antes de daros la respuesta de Dan, dejadme describir mi estado mental en este momento:

En ese momento llevaba más de 30 años entrenando. La mayoría de esos años habían incluído combatir de una forma u otra. Muchas de las personas con las que entrené eran reconocidas como las mejores en su campo, algunos entre los mejores del mundo. No soy un atleta natural. Las habilidades que tenía eran producto de trabajo duro y determinación de perro. Aunque nunca fui y seguramente nunca lo seré, confundido con un fenómeno marcial, tenía confianza en poder plantar cara en un combate contra prácticamente cualquiera. Quizá no ganase, pero sería una pelea en condiciones.

Y de repente aquí tenía un tio que, a menos que tropezase y se cayese o algo, posiblemente no iba a ser capaz de detener de ninguna manera si se volvía loco… ¡y le había invitado a mi casa! En ese momento mi estado de ánimo debido a la frustración marcial y el ego magullado pasó a segundo plano, ahogado por la rugiente realización interna de que mi presunción podría haber puesto a mi familia y amigos en peligro. Mi cerebro se agitó, ignorando el dolor, ignorando el miedo y la vergüenza, enfocándose en valorar rápidamente la situación. Afortunadamente mi conclusión fue que Dan era más probable que diese su vida protegiendo a una familia del peligro que ser un peligro de cualquier tipo para ella.

No he visto nada que me haya disuado de esta valoración inicial. No es simplemente que sea fácil llevarse bien con Dan. Es simpático e incluso encantador., Personalmente favorezco la sinceridad sobre la simpatía y considero que Dan es tan sincero como simpático.

En cuanto levanté los brazos y dije ¿qué estás haciendo? Inmediatamente paró, puso una gran sonrisa y dijo : “Wow, ¿Sabes lo genial que es eso Allen?” Por supuesto estoy pensando “¿Qué? Me acaban de patear el culo y no sé ni cómo lo ha hecho ni tengo ni idea de qué hacer para evitarlo”

Debo haberle mirado incrédulo y perplejo porque Dan dijo. “Me encanta, dijiste exactamente lo correcto”

Más miradas perplejas por mi parte

“No sabes cuántos hombres han estado donde tú estás ahora y se han ido frustrados, en negación o en ignorancia. Todo lo que tenían que hacer era preguntar, ¿qué estás haciendo?”

Bueno, entre nosotros, honestamente nunca se me ocurrió hacer otra cosa. Podía decir aparentemente cómo estaba usando él su cuerpo y cómo, al menos pensaba que, estaba usando yo mi cuerpo. Pero él estana claramente consiguiendo resultaos completamente diferentes. ¡Él tenía que estar haciendo ALGO diferente, pero no podía decir el qué! No había notado la experiencia totalmente desconcertante de ser completamente dominado desde que Shirata Sensei simplemente apartó mi katana hacia un lado (se notó como un imán) y vi a la muerte mirándome a la cara. Pero entonces, como ahora, la persona frente a mi no tenía malicia en corazón. De pie frente a mi estaba un tipo que había hecho la misma cosa…y de nuevo estaba dispuesto a compartirla sin guardarse nada.

Hasta ese momento honestamente había empezado a dudar de mí mismo. Había empezado a pensar que las experiencias que había tenido con Shirata Sensei eran quizá exageraciones nostálgicas o percepciones de cuando yo tenía menos experiencia. Y que las historias que había oído de Shirata Sensei eran también producto de la adulación por un profesor magnificada con cada año que pasaba. Quizá ya había tocado al fondo de lo que se podía aprender y estaba cerca del final de lo que era capaz de hacer.

¡No era verdad!

Mi memoria era buena. Sabía lo que sabía y ahora sabía seguro que se me había pasado algo esencial durante el camino y aquí tenía una segunda oportunidad. Nunca se me ocurrió otra cosa salvo pedir ayuda. No podría haber vivido conmigo mismo si hubiese dejado escapar una segunda oportunidad de aprender Aiki. Me hubiese decepcionado a mí mismo y hubiese traicionado la confianza puesta en mí por Shirata Sensei antes de su muerte. Lo menos que podía hacer era corregir los errores y malentendidos que hice a lo largo del camino.

No pasó mucho tiempo hasta que hablé con mis chicos y les dije lo que sabía que iba a hacer. Iba a parar todo, volver al principio, empezar otra vez.

Felizmente mis chicos dijeron que se apuntaban conmigo. El progreso ciertamente tuvo sus baches. Normalmente intento dejar a un lado lo que “sé” para no “añadir” nada a la información dada por un profesor. Lo peor que podría haber hecho era pensar o decir: Oh, ya sé esto, ya hago esto, porque haciendo eso no hubiese aprendido nada nuevo. Otro hábito que tengo es no compartir lo que he aprendido cuando me están enseñando. Primero, creo que es presuntuoso y segundo, me impide aprender de otros.

Ambos hábitos me jugaron una mala pasada para aprender de Dan. Durante la primera visita de Dan, fui rápidamente escaleras arriba para utilizar el baño antes de que siguiésemos el entrenamiento después de comer. Mientras estaba fuera, mi totalmente descarado estudiante Robert (que es un magnífico compañero de entrenamiento y un profesor hábil) se puso a “practicar a su rollo” los ejercicios en solitario de Shirata en una esquina de la habitación, pero a plena vista de Dan.

[Es importante para mí dejar esto muy claro. No los había estado manteniendo en secreto, sino que había estado concentrado en aprender lo que Dan tenía para enseñar. Si Dan me hubiese preguntado qué hacía, esas hubieses sido probablemente las primeras cosas que hubiese compartido. Igual que fueron las primeras cosas que compartí en mi primer viaje a Europa unos años antes]

Total, que bajo deprisa las escaleras, giro la esquina y ahí está Dan de pie en mitad del pasillo que lleva al dojo, todo movimiento detrás de él se ha detenido.

“Allen . . . ¿qué me has estado ocultando?!?!”

Por supuesto no tenía ni idea de qué estaba pasando hasta que vi la sonrisita en la cara de Robert y le pregunté ¿qué está pasando?

Robert replica inocentemente “Estaba calentando con los ejercicios de Shirata.”

Y yo pensando “Sólo se te podía haber ocurrido a ti”

Todo este rato Dan me está mirando como si hubiese robado los secretos de su familia mientras acaparaba los de la mía.

No recuerdo bien lo que dije, posiblemente un montón de tartamudeos y um y uh. Pero quedó claro que no íbamos a entrenar más hasta que “confesase”.

[De nuevo, declaro claramente que no estaba ocultando nada, así que no necesitaba confesar , ni iba a seguir esconciendo nada, lo digo para que quede claro ahora y para el futuro)

Así que mostré los 13 ejercicios en solitarios que Robert había estado haciendo (Aunque hay más por cierto)

Para sorpresa de todo el mundo, Dan estaba al borde de un ataque al corazón. Afortunadamente para mí, estaba extasiado en vez de cabreado. (Nunca he visto a Dan cabreado. ¿Frustrado? Sí, ¿herido? Sí, ¿cabreado¿ Afortunadamente no). Dan fue efusivo y dijo un montón de cosas en ese momento. No puedo recordarlas todas, pero guardo algunas en mi memoria:

“Ese hombre [Shirata] era un genio!”

“Estoy TAN feliz. Había pensado que este conocimiento se había perdido en el Aikido, ¡pero aquí está la prueba de que no!”

“No te preocupes Allen, no voy a usar esto. Te lo dio a ti Shirata sensei.”

[No me hubiese importao si lo hubiese hecho por cierto, después de todo no es mío y Dan siempre ha sido un profesor generoso. ¿Cómo podría hacer yo lo opuesto?

Desde ese momento en adelante Dan no hizo nada salvo animarme a enseñar y compartir, por lo que le estoy muy agradecido.

Sin embargo, eso no significa que el camino haya sido siempre fácil…

Durante la segunda y última visita de Dan a mi dojo dejó de enseñar en mitad de la clase del domingo y me preguntó qué me pasaba.

Estaba totalmente deprimido y le expliqué “Tuve un gran profesor que no se guardó nada e intentó enseñarme lo mejor posible antes de morir…y no lo pillé. Ahora tengo un gran profesor que no se guarda nada e intenta enseñarme lo mejor posible y NO LO ESTOY PILLANDO (al borde de las lágrimas). Debo ser un perdedor sin remedio.

Vale, dije que nunca he visto a Dan cabreado, pero esta fue la vez que posiblemente estuvo más cerca de cabrearse. Levantó la voz y me dijo a la cara:

“¡Yo nunca he dicho eso y NO PIENSO ESO!”

No es que fuese a discutirle…así que me callé y seguí haciéndolo lo mejor que podía el resto del tiempo.

Después me di cuenta de mi mayor error. No sé por qué (Dan nunca me dijo que lo hiciese, en realidad fue lo contrario) dejé a un lado las enseñanzas de Shirata sensei para perseguir las de Dan, pensando (Estúpidamente) que no eran compatibles. Debido a eso confundí mi comprensión de las enseñanzas de Dan pensando que eran diferentes a las de Shirata. Cuando poco a poco corregí mi comprensión sobre las enseñanzas de Dan me dí cuenta de que no había ninguna diferencia en realidad. Tras esa realización, supe que obviamente las enseñanzas de Dan, de Shirata y de Ueshiba debían estar alineadas. ¡Y lo estaban! ¡Podía utilizar las enseñanzas de cada profesor para entender a los otros! Y por supuesto lo mismo podía haberse con otros profesores históricos que enseñaron la misma cosa.

Para alguien tan lento en aprender como yo esto tuvo un valor incalculable.

De cualquier manera, cuando dejé de complicarme la vida, ¡el progreso llegó meteóricamente y sigue así, es simplemente alucinante para mí!

Como dije antes, me enseñaron que existen jujutsu, aiki-jujutsu, y aiki no jutsu. Las “técnicas” Aiki no jutsu que había aprendido eran fáciles de identificar. No tenían absolutamente ningún sentido desde la perspectiva del jujutsu práctico. Solía decirle a mis estudiantes “Estas son mis técnicas “para otro día” porque ahora mismo en realidad no sé cómo funcionan, sólo sé que funcionan porque me las han hecho a mi”

Hace 6 años parecía que ese “otro día” nunca iba a llegar.

Y entonces conocí a Dan Harden.

¡Y ahora “ese otro día” está aquí!

Lo único de lo que me arrepiento sobre el entrenamiento con Dan es que yo no haya sido capaz de entrenar con él más. ¡Tiene tanto que enseñar y yo tengo tanto que aprender! ¡Suena como un feliz comienzo para mí!

¡Gracias Dan!

Liked it? Take a second to support Allen Dean Beebe on Patreon!
Become a patron at Patreon!
Categorías: Uncategorized

0 comentarios

Deja un comentario